La realidad virtual y los videojuegos

La realidad virtual está más próxima de lo que pensamos gracias a los videojuegos. Así se ha podido demostrar en varias ocasiones con los avances tecnológicos que se ha llevado a cabo dentro de este universo, y que han desembocado en aparatos que son capaces de introducirnos en el propio videojuego.

La realidad virtual consiste en la creación de mundo artificial, desarrollado a través de ordenadores o sistemas informáticos, en el que el usuario tiene la sensación de estar dentro de ese mundo simulado. Dependiendo del nivel de inmersión, el sujeto podrá interaccionar con los objetos de esa creación en un grado u otro. La realidad virtual ideal sería aquella en la que un sujeto tuviese una inmersión total, donde se le permitiese una interacción sin límite con ese espacio ficticio, además de aportarnos, como mínimo, los mismos sentidos que tenemos en el mundo real (vista, oído, tacto, gusto, olfato). 

En los videojuegos se está tratando de crear estos estos espejismos de la realidad, aunque lentamente. Phil Spencer, jefe de Xbox indicó que la tecnología terminará llegando, pues Microsoft ha estado jugando con ella durante un tiempo y ha podido ver su potencial, aunque el anuncio todavía sea algo lejano.

“La realidad virtual es muy interesante, sobre todo para los juegos, y si bien parece que ha estado siempre ahí, durante los últimos 20 años más o menos, creo que muy pronto podríamos empezar a ver sus resultados, tanto para los desarrolladores como para los jugadores. El potencial sin duda existe" 

En la actualidad, la tecnología de la realidad virtual está muy lejos de ser la ideal, sin embargo, existen aparatos que nos acercan bastante a este mundo ficticio. Sin duda el más conocido de ellos es Oculus Rift, adquirido recientemente por Facebook. Este aparato consiste en unas gafas opacas, que cubren la mayoría del rostro superior con una pequeña pantalla en su interior. Este dispositivo nos permite crear una experiencia 3D, como si estuviésemos viendo lo que el protagonista del juego ve. El aparato, junto a las plataformas de movimiento, es capad de generar una experiencia casi real dentro de los videojuegos. 

Es difícil predecir qué pasará en un futuro inmediato, pero entre Oculus, Sony y otras alternativas conocidas o rumoreadas como castAR o Fortaleza de Microsoft, hace pensar que estamos ante un punto de inflexión para esta tecnología de cara a un posible futuro. 

Intentos fallidos de crear la realidad virtual.

Actualmente, la realidad virtual en los videojuegos es un tema que está en boca de todos. Sin embargo, esta carrera por crear los mejores aparatos para conseguir este alternativo mundo lleva mucho tiempo librándose. La realidad virtual comenzó a desarrollarse en torno a la década de los años noventa y, aunque sus primeras creaciones estuvieron ambientadas para aplicaciones militares, pronto el mundo de los videojuegos decidió tomar partido. 

De entre las maquinas que se desarrollaron para albergar una realidad virtual, se pueden destacar dos. La primera de ellas es Virtual Boy de Nintendo que, aunque resultó ser un fracaso para la compañía (por sus errores de diseño), ya asentó las bases de lo que nos podía deparar un futuro. Esta fue una consola que nos recuerda mucho a la actual Oculus Rift ya que nos permitía sentirnos dentro del juego, a pesar de que lo que contenía la máquina era una pantalla, como si se tratase de una televisión.

Satoru Iwata, hablando de Virtual Boy: “fue, en mi opinión, un fracaso comercial. Sin embargo, persistió con tenacidad sus esfuerzos con la tecnología 3D”. 

El segundo aparato que nos acercó la idea de la realidad virtual a los videojuegos es conocido como Sega VR. El objetivo de esta consola era lanzar un aparato de realidad virtual aprovechando el éxito de Mega Drive, pero jamás pasó de ser un prototipo con apenas cuatro juegos y un coste elevado. El problema de esta consola fue, al igual que la Virtual Boy, sus problemas en el diseño.

Virtual Boy

Se pueden nombrar numerosos ejemplos de diferentes aparatos de realidad virtual que surgieron antes del siglo XIX, sin embargo, la mayoría de ellos comparten un mismo final, y es que la tecnología de la época no pudo ayudar a crear ese mundo virtual que ahora, con tanto empreño, se está intentando crear.

La realidad actual en los videojuegos.

Existen otras formas de crear realidad en los videojuegos. Los gráficos que se desarrollan son un gran ejemplo sobre cómo se pueden generar realidades alternativas, aunque no nos introduzcamos en ellas con todos los sentidos. 

Los motores gráficos actuales prometen poder crear mundos que se parezcan en gran medida al actual. Entre estos motores destaca el de la compañía Electronics Arts, conocido como Frostbite 3. Andy klein artista técnico de Battlefield 4 (juego que utiliza esta tecnología) asegura que gracias a los motores de nueva generación, los jugadores podrán disfrutar de juegos más auténticos y realistas. Por su parte, Carl Algren, director de desarrollo del juego asegura que "han trabajado muy duro para crear mundos más dinámicos y reales donde los jugadores podrán meterse en él, como si fuesen ellos los propios protagonistas"

Estos motores de nueva generación son capaces de simular nuestro propio mundo dentro de un videojuego, sin embargo, un problema que surge de este tan extraordinario realismo es pensar sí ese mundo es exactamente una copia del real, si sus contenidos son reales. 

A este problema han respondido varios expertos ofreciendo una visión más ajustada a lo que podía suceder en la realidad. Por ejemplo, el profesor en Fisioterapia José Jesús Jiménez Rejano responde a la pregunta de sí un humano es capaz de agarrarse a un saliente en una caída de veinte metros diciendo que esta es una acción casi imposible. 

"Cualquier individuo normal que no haya trabajado durante años y años esas partes del cuerpo sufriría al intentar agarrarse una luxación en el hombro, que es la zona que más se daña. Y al luxárselo perdería la fuerza y caería al vacío". 

Estos experto aseguran que nunca hay que perderse en esta realidad alternativa puesto que son simplemente recreaciones de un mundo posible y, al igual que cualquier película, se pueden mostrar acciones imposibles o improbables.